La Dermatitis Atópica es una enfermedad común en los países industrializados. Se puede presentar en cualquier etapa de la vida, y no es raro que los primeros brotes de la enfermedad se den dentro de los primeros meses de vida. Algunos estudios epidemiológicos demuestran que de un 5-20% de los niños y 1-3% de los adultos están afectados por la enfermedad.

En la fase aguda, se suele presentar como áreas de piel enrojecida y húmeda que ocasionan mucho escozor y comezón. Las zonas más afectadas suelen ser los pliegues de los brazos, la parte posterior de las rodillas y el área del cuello y la cara.

En la fase crónica, es característico observar una piel muy reseca, engrosada, con descamación y acentuación de los pliegues cutáneos.

• Uso de crema comerciales y cosméticos con múltiples ingredientes y fragancias que actúan como irritantes.
• Sudoración excesiva.
• Exposición prolongada a la radiación solar.
• Estímulos mecánicos en la piel como el uso de ropa ajustada y telas de lana.
• Uso de jabones astringentes que resecan la piel.
• Infecciones recurrentes de la piel.
• Ambientes fríos con bajo porcentaje de humedad ambiental.
• Estrés emocional.
• Baños prolongados o uso de tinas de baños con agua caliente.