Muchas personas utilizan el término verrugas para referirse a cualquier lesión nueva que tiene cuerpo o volumen y que ha crecido, en sentido estricto el término verruga se refiere exclusivamente a aquellas lesiones que están provocados por la infección de un virus.
Muchas personas utilizan el término verrugas para referirse a cualquier lesión nueva que tiene cuerpo o volumen y que ha crecido, en sentido estricto el término verruga se refiere exclusivamente a aquellas lesiones que están provocados por la infección de un virus.
Las clásicas lesiones que semejan verrugas y que suelen presentarse en el cuello, alrededor de los párpados, axilas e ingles se llaman fibromas blandos. Los fibromas blandos no son contagiosos y suelen iniciar como lesiones milimétricas, pero pueden llegar a crecer varios centímetros. Es más común encontrar fibromas blandos en aquellas personas que tienen sobrepeso, obesidad, y antecedentes familiares de diabetes mellitus.
Los fibromas blandos también se observan con otros problemas de la piel como son: presencia de manchas obscuras y engrosamiento de la piel en cuello, axilas e ingles. Estas manchas antiestéticas que dan la apariencia de una piel “sucia o percudida” reciben el nombre de acantosis nigricans.
Las lesiones obscuras que se observan en la acantosis nigricans pueden mejorar de forma importante con un adecuado tratamiento dermatológico. En pacientes con el diagnóstico de Acantosis Nigricans es recomendable solicitar estudios de glucosa en sangre, para descartar resistencia a la insulina o diabetes mellitus.
Además de ser antiestéticos, los fibromas pueden enredarse con la vestimenta o los collares. Esta situación puede ocasionar irritación, dolor e incluso sangrado.
El tratamiento de los fibromas blandos es bastante sencillo y no lleva mucho tiempo, el objetivo es retirar los fibromas desde la base sin dejar ningún tipo de mancha o cicatriz. El dermatólogo cuenta con el equipo y el instrumental necesario para retirar los fibromas de la forma más segura y estética.
Actualmente existen múltiples tratamientos “milagro” a base de ácidos e irritantes que más allá de eliminar los fibromas, generan lesiones tipo quemadura que termina dejando manchas obscuras e incluso cicatrices.
No se automedique ni experimente con su piel, deje que un dermatólogo realice el tratamiento más seguro y eficaz para estas lesiones molestas y antiestéticas.
Son lesiones pigmentadas de forma circular o elíptica generalmente menores a 6 mm que pueden aparecer en cualquier región del cuerpo. Estas lesiones se suelen ver a partir de la infancia con una incidencia máxima en la adolescencia.
Los nevos o lunares están conformadas por una conglomeración de células llamadas células névicas que contienen pigmento en su interior. Dichas células se pueden localizar a diferentes profundidades de la piel, lo que determina que un lunar sea plano o de forma hemiesférica.
No, los lunares que aparecen o que cambian de apariencia después de los 30 años se deben de considerar como sospechosos. A estos lunares sospechosos también se les conoce como nevos atípicos o displásicos.
La radiación solar es uno de los principales factores que estimula el crecimiento anormal de las células névicas en los lunares sospechosos o atípicos. Hasta un 1/3 de los melanomas (variante agresiva de cáncer de piel) se pueden originar a partir de un nevo atípico.
La técnica para retirar un lunar depende del tipo de lunar, el tamaño y la ubicación del lunar. El procedimiento tiene mínimas complicaciones siempre y cuando lo realice un dermatólogo capacitado en cirugía dermatológica. El procedimiento consiste en la aplicación de anestesia local de la lesión, retiro quirúrgico de lunar y cierre directo con sutura quirúrgica fina no absorbible. Posterior al retiro del lunar, el paciente se puede incorporar por su propia cuenta y no requiere de la ayuda de un acompañante. En cuanto a los cuidados de la herida, se sugiere aseo gentil con agua y espuma de un jabón neutro una vez al día. Después del lavado de la herida se aplica un antibiótico en crema y de preferencia se recomienda cubrir la herida con una gasa estéril. El punto o los puntos se suelen retirar entre 7 y 14 después del procedimiento. Durante los siguientes 3-4 meses se recomienda no exponerse demasiado al sol, uso de un adecuado fotoprotector y una crema reepitelizante para obtener el mejor resultado estético.
El Dr. Armando Sánchez al tener una subespecialidad en cirugía dermatológica y oncología cutánea, cuenta con los conocimientos y la experiencia para retirar de la forma más estética el lunar que te desagrada o que afecta tu autoestima.
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