La enfermedad afecta por igual a mujeres que a hombres, se estima que del 1-3 % de la población mundial padece de psoriasis. Es más frecuente en aquellas personas que tienen un padre o hermano con psoriasis. La psoriasis puede iniciarse a cualquier edad, y suele tener dos picos de mayor incidencia: uno en la tercera década de la vida y otro al final de la sexta. Existen estudios que demuestran una mayor incidencia en pacientes con sobrepeso, obesidad, diabetes mellitus y elevación de triglicéridos en sangre.

Se refiere al dolor e inflamación de una o más articulaciones ocasionada por la psoriasis. Se estima que entre un 5-10% de los pacientes con psoriasis, padecen de artritis psoriática. La artritis puede presentarse antes o de forma simultánea con las lesiones de la piel, sin embargo lo más común es que se presente posterior a la aparición de las lesiones cutáneas. La forma más común de la artritis por psoriasis suele afectar una o varias de las pequeñas articulaciones de los dedos de las manos o de los pies de forma asimétrica. Todos los pacientes a quienes se les ha diagnosticado con artritis psoriática deben de recibir un tratamiento sistémico por via oral para controlar la enfermedad.

• Clima invernal 
• Infecciones de garganta (faringitis infecciosa)
• Infecciones de vías urinarias
• Traumatismos constantes en la piel (fenómeno de Koebner)
• Infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)
• Fármacos (antihipertensivos, litio, antipalúdicos y mal manejo de esteroides orales)

Existen una gran variedad de tratamientos efectivos para controlar la psoriasis. La decisión en cuanto a que tratamiento iniciar depende en gran medida de la valoración del dermatólogo. El especialista toma en cuenta diferentes factores como: cantidad de lesiones, regiones afectadas, afección a articulaciones y enfermedades previas. 

Esta evaluación inicial sirve para establecer la gravedad y extensión de la enfermedad e iniciar un esquema de tratamiento personalizado. El objetivo del tratamiento es disminuir el enrojecimiento y el grosor de la piel afectada, aminorar las molestias de la enfermedad y recuperar la autoestima perdida como consecuencia de la enfermedad.

A continuación, se mencionan algunos de los tratamientos para controlar la psoriasis:

• Cremas emolientes dermatológicas que hidratan de forma prolongada la piel y evitan rebrotes de la enfermedad
• Adecuados hábitos de cuidado de la piel como: uso de jabón neutro y eliminar el uso de estropajos exfoliantes o zacates para el baño corporal.
• Terapias tópicas específicas dependiendo del tipo de lesión
• Medicamentos sistémicos orales que controlan la enfermedad 
• Terapias biológicas inyectables que inhiben factores específicos de la inflamación.
• Opciones basadas en luz como fototerapia de  banda estrecha-UVB
• Una combinación de diversas modalidades de tratamiento mencionadas previamente.

La psoriasis es una incómoda enfermedad de la piel que puede disminuir de forma considerable su calidad de vida y su autoestima. Entre más temprano se inicie el tratamiento, se disminuye de manera importante la probabilidad de que la afección avance y se extienda.

Si ya cuenta con el diagnóstico o tiene la sospecha de tener psoriasis, deje que un dermatólogo confirme el diagnóstico y le ofrezca el mejor plan de tratamiento para su caso.