La dermatitis del pañal es uno de los motivos más frecuentes en la consulta pediátrica, se estima que al menos la mitad de todos los bebés sufren de esta dermatitis mientras requieren el pañal.
La dermatitis del pañal es uno de los motivos más frecuentes en la consulta pediátrica, se estima que al menos la mitad de todos los bebés sufren de esta dermatitis mientras requieren el pañal.
Es un padecimiento que se origina a partir de una serie de procesos irritativos e infecciosos que se manifiesta como una piel enrojecida e irritada en la zona del pañal.
Los principales factores que originan este padecimiento son la acumulación de orina y heces en un ambiente oclusivo por el pañal. Los pacientes que tienen diarrea o que les están saliendo los dientes tienen un riesgo incrementado de desarrollar este padecimiento.
La dermatitis del pañal se suele presentar como manchas rosadas o rojas en la piel cubierta por el pañal. Los pliegues de la ingle están más protegidos de entrar en contacto con la orina y las heces, por lo que esta piel suele no estar afectada. Existen diversas formas de presentación de la dermatitis del pañal en donde se pueden formar ulceraciones, costras y lesiones que rebasan la zona del pañal. Es importante acudir con el especialista para descartar que no se haya agregado una infección bacteriana o micótica.
Sin lugar a dudas, la principal acción es tratar de limitar el contacto de la orina y las heces con la piel. Esto se puede lograr con las siguientes acciones:
Si la erupción de su hijo no desaparece con los consejos que se han comentado, es necesario comunicarse o acudir con el especialista para valorar si necesita un medicamento específico. Algunos medicamentos recetados para la dermatitis del pañal solo son seguros de usar durante períodos cortos de tiempo. Asegúrese de seguir las instrucciones cuidadosamente.
Algunas otras señales que deben alertarlo para acudir con el especialista son:
La erupción no desaparece o empeora después de dos o tres días de tratamiento.
Si en la erupción aparecen ampollas, descamación de la piel o secreciones purulentas.
Si su bebé presenta fiebre además de la erupción.
Si la erupción es especialmente dolorosa, lo que podría ser un signo de una infección más severa.
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